la Vía verde del Noroeste y don Luis

Nadie como don Luis para entender que nuestra idiosincrasia se mueve entre la cutrez más densa y la gracia más liviana. Él, que lo sabía, lo dejó plasmado indeleblemente en su filmografía, plena de momentos desopilantes en los que todos sentíamos reflejada nuestra realidad. Pues así la vía del Noroeste, plena de esperpentos, desatinos, burricies y risas. Eso también lo manejaba don Luis como nadie: la risa.

1er día, viernes 14:

De Alicante a Albatera en tren de cercanías, con el consabido temor de que más de dos bicicletas coincidan en el tren y nos hagan bajar alguna... No fue el caso. De Albatera a Orihuela por la nacional, y de ahí a Murcia por el carril bici de la mota del río. El árbol, a la llegada a Murcia. Murcia y sus olores, los que percibió Rq que me ató a los quintos del Mallorquín aún sin quitar el traje rojo de ciclista.









2º día, sábado 15:


Fx aparece en Murcia, me recoge y comenzamos tarde pero bien: café en el Jumillano de Vista Bella:





Acopio de víveres en el mercado del barrio donde las bicicletas no pueden entrar porque, nos argumenta un cetáceo que ejerce de guarda de seguridad, "imagínese usted que todo el mundo viniera a comprar en bici". Trato de hacerlo pero la visión de su capa grasa me nubla la imaginación.
Pan de pueblo, jamón serrano, aceitunas partías, salchicha seca, queso manchego y plátanos. No parece mal acopio.
Las bicis junto al cetáceo, que no aparece por motivos obvios: no cabía en el encuadre.




Ya en la vía. Parada para hurto menor: limones que van al bote de agua inmediatamente.


Pinchazo de los de púa fina en el interior de la cubierta. Tan fina que nos costó sacarla. Para la próxima vez, sin falta, pinzas de depilar.



En uno de los puentes con las badlands de fondo:




Y en el parque de Mula, reponiendo fuerzas antes del tramo vespertino. Poco antes un servidor sufrió una pájara de las de hace tiempo. Menos mal que quedaba poco para la noble Mula.



A partir de ahí, pleno esperpento y dislate. La vía, muchas veces mal señalizada, la perdimos. Teníamos reserva en el albergue de Cehegín y se nos echaba encima la noche. Tratamos de hacer el tramo por carretera, que acababa en perpendicular frente a la autovía. Iba ya tan mosqueado que no hice foto; lástima. Nos volvimos a Mula, al albergue, precioso, enorme y que conozco de hace años. Pero, oh sorpresa, no nos podían alojar porque sólo admiten grupos de más de 10 y bajo previa reserva. Así que nos vimos a las seis de la tarde, sin luz y en plena calle. Junto al albergue negado, un bar. Y allí, como bien saben los nacidos en este país, es donde todo se cuece. El propio camarero, que algo se olió, nos interpeló. Diez minutos después estábamos con Cristóbal en su casa rural, maravillosa, grande, cómoda, limpia y todo lo demás.
Por cierto, la reserva en Cehegín no era capricho. No pudimos reservar en Caravaca, final de la vía, porque de los dos albergues que allí hay, uno estaba lleno y el otro, dicho por el personal que me atendió telefónicamente, no era recomendable porque los sábados por la noche había botellón en frente. Es seguro que la policía ejerce su labor sancionadora entre semana, pero desalojar un botellón juvenil frente e un albergue de cicloturismo parece ser asunto menor... 
La foto de abajo, de reposo del guerrero en La casa de los abuelos:



3er día, domingo 16:

Mientras JE y G. suben desde Murcia a Mula, Fx y yo cogemos, ahora sí sin perdernos, la vía camino de Bullas. Nada más salir del pueblo, la abandonada Cerámica Niño Jesús deja estas preciosas estampas:






Camino de Bullas, los viñedos comienzan a aparecer; también algún algarrobo añoso:








Al poco llegan JE y G., y nos almorzamos a la buena usanza en uno de los templos, el Café Salazar. Loas y genuflexión a tal enclave. Ya las cuatro juntas, descendemos hacia Murcia, en busca del Jumillano de nuevo, para acabar cerrando el círculo Fx y yo en el cercanías camino de vuelta a Alicante:
Queda pendiente el tramo Mula-Caravaca para otro momento; mejor dicho, Salazar-Caravaca-Salazar. Las risas y el imperio Austrohúngaro antes que nada.
Y la compañía. como siempre, la compañía.






No hay comentarios:

Publicar un comentario